Escrito por Diego Fernández

De un entrenador, coordinador, o director técnico, pero también de cualquier mando en una empresa, se espera que, además de mandar, sea capaz de liderar. No obstante, la realidad nos dice que el hecho de ser ‘jefe’ no implica disponer de capacidad de liderazgo dentro de un grupo. Por ello, vamos a hacer una diferencia entre ser jefe y ser líder:

  • Ser jefe: manda sobre los jugadores, deportistas o profesionales que están a sus órdenes.
  • Ser líder: inspira a sus jugadores, deportistas o profesionales.

 

El liderazgo natural es aquel que realmente inspira, mientras que existe un liderazgo formal es el que relacionaríamos con mandar. Así, y si nos ceñimos al mundo del deporte, podemos afirmar que un entrenador siempre será jefe, pero no siempre será líder. Esto es, por supuesto, extensible al mundo de la empresa, sustituyendo la figura del entrenador por la responsable de sección, director, etc.

Actualmente, la tendencia del líder se acerca más a la de un perfil dinámico, dispuesto a abrirse a nuevos aprendizajes. Un líder que “sabe que no sabe”, tendrá mayores inquietudes profesionales, y contará con una consciencia tal, que le permitirá tener mayor:

  • Capacidad de autovaloración, aceptando sus puntos débiles.
  • Control de la autoexigencia, aceptando sus puntos fuertes.

 

Un líder que es capaz de reconocer sus debilidades, estará dando el primer paso para corregirlas, y para continuar con su evolución y proceso perentorio de aprendizaje. Del mismo modo, al ser capaz de reconocer sus puntos fuertes, evitará la “autoexigencia excesiva”.

 

Esta tendencia dinámica y abierta, no debe relacionarse directamente con la edad. Encontraremos numerosos ejemplos en el mundo del deporte y de la empresa, de jefes “veteranos” que se adaptan perfectamente a este perfil, mientras que otros, más jóvenes, no cuentan con esta flexibilidad. Por ello, debemos evitar simplificaciones y apriorismos al respecto.

¿Qué factores influyen para, además de mandar, liderar?

  • La personalidad: el propio carácter del líder/jefe. No podemos ocultar quiénes somos, nuestra manera de ser define nuestra forma de entender el ‘ser líder/jefe’. Del mismo modo, nuestra personalidad condicionará nuestra relación con el entorno, con el poder, y con nuestro equipo de trabajo.

 

  • Las capacidades: las cuales dependen del talento y de la habilidad de aprendizaje. La forma de comunicar, de manejar el contexto, o de liderar, serán talentos que condicionarán las capacidades. El aprendizaje nos permite seguir adelante, evitando estancamiento, y evolucionando de forma transversal.

 

  • Las influencias: pueden ser otros líderes/jefes que hayamos tenido, otros que hayamos visto trabajar, con los que hayamos conversado, o que los hayamos estudiado. La suma de las influencias condiciona nuestra manera de dirigir.

 

  • Las experiencias: que provienen de los éxitos, pero especialmente de los fallos y de los errores. La gestión interna del fracaso será capital en nuestra forma de liderar y en nuestra evolución profesional y personal.

 

 

 

Bibliografía:

Casas, R (2023). Escucha tu baloncesto. El valor del entrenador (Bubok Editorial).

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