Escrito por Diego Fernández

Conectando con los anteriores posts, en este hablaremos sobre las charlas del descanso y postpartido.

7 – CHARLA EN EL DESCANSO

Varios matices podemos encontrarnos a la hora de encarar las charlas de descanso.

  • ¿Disponemos de vestuario para darla?
  • ¿Cuánto tiempo? lo normal, 10 o 15 minutos, pero en ocasiones tenemos menos tiempo (5-8 minutos).
  • Valorando el tiempo, ¿a qué distancia está el vestuario? Parece una pregunta poco importante, pero en ocasiones necesitas 3-4 minutos para ir y volver de un vestuario.

«Hoosiers» Más que ídolos

Suponiendo que disponemos de 10 minutos, acceso fácil y rápido a vestuario, estas podrían ser algunas premisas comunicativas:

  • Análisis estadísticas + charla con staff. Invertir 1-2 minutos en revisar las estadísticas (propias, con tus ítems personales, o federativas, con los datos básicos de rebotes, %, pérdidas), y analizarlas rápidamente con ayudantes.

Posteriormente, durante la charla, el entrenador ayudante podría seguir analizando aquella parte de estadística que consideráis clave (puede ser la federativa, o puntos contraataque, sets con +/- rendimiento en ataque o defensa, número de acciones positivas consecutivas, etc.).

Buen momento para que los jugadores intercambien opiniones/impresiones entre ellos, inclusive con los entrenadores todavía fuera del vestuario.

  • Charla de vestuario. 4-5 minutos podrían ser suficientes para transmitir al equipo, a través de la combinación verbal – no verbal, aquello que se considere necesario.

1 – Analizar lo ocurrido en la 1ª parte, comparando con la idea prevista en el plan de partido.

2 – Realizar aquellas correcciones, ajustes, o cambios, que se consideren necesarios.

3 – Reafirmarse en el plan de partido, o plantearse un posible cambio en el mismo (pasar a plan «B»).

Para ello, deberemos elegir tono, gestualidad, dónde poner el foco y qué apartados dejar fuera o en un segundo plano.

Comunicación liderada por el entrenador, en la que también podría participar el entrenador ayudante, especialmente recordando aspectos de «scouting», o aspectos «objetivos» extraídos de estadísticas.

¿Hay espacio para que el jugador pueda hablar durante este periodo?

Al igual que comentamos en el artículos anteriores, sí, pero con matices. Eso sí, más importante si cabe que en el pre-partido, esas posible sugerencias, comentarios u opiniones, deben ser constructivas.

Como decíamos, la charla debe ser liderada y terminar en el punto en el que el entrenador quiera que acabe.

Variar tono, gestualidad, «agresividad», «simpatía», «antipatía», entra dentro del «juego» del entrenador, que deberá saber moverse en este terreno.

  • Periodo entre charla y último minuto. Pueden ser 2-3 minutos. Buen momento para volver a comunicarte con el cuerpo técnico: matices que pudieron quedar pendientes, posibles soluciones, quinteto de salida, situación de faltas, etc.

También puede aprovecharse para un pequeño «aparte» con algún jugador, si bien lo normal es que estén en la rueda de re-activación.

  • Último minuto. Similar al minuto previo al inicio de partido. Dar quinteto, recordar 2-3 ideas claras de ataque y defensa, indicar cómo vamos a defender (individual, zona, alternativas, etc.), y primeras acciones posicionales (marcar un sistema determinado, dar «pautas» para que el base eliga, etc.).

Baloncesto Narón – EBA League 2018/2019. Photo: Iago López

8 – CHARLA POSTPARTIDO

Aquí podemos encontrarnos en una disyuntiva. ¿La charla post-partido (analíticamente hablando) debe darse justo al acabar, en el vestuario, o previamente al inicio de la siguiente sesión?

Generalmente, el jugador tiene un nivel de recepción diferente al normal justo al acabar el encuentro:

  • Estado de ánimo variable en función del resultado, y de las connotaciones del mismo.
  • Estado de ánimo variable en función de otros aspectos: más/menos minutos y/o relevancia en pista, acierto/desacierto, etc.

Igualmente, el entrenador tiene un nivel comunicativo diferente, dado el estado de tensión al finalizar el encuentro.

Con todo ello, y en cuanto a la charla o en cuanto quizás sólo comentario post-partido, algunos matices a tener en cuenta.

¿Dónde la damos?

La lógica nos dice que debe darse en el vestuario. En caso de ser simplemente un mensaje de ánimo, apoyo, o una breve charla de un minuto o menos, podría darse en el «corrillo».

  • Corrillo: con mensajes muy cortos, o un «speech» de un minuto (segundos arriba o abajo), podría ser suficiente el «corrillo», que se daría en el círculo central o cerca del banquillo.

Los jugadores y staff estarían de pie, junto con el entrenador. Debemos dar importancia a la comunicación no verbal en este momento: mirarse a los ojos, gestualidad.

  • Vestuario: que podría ser posterior o anterior a que los jugadores estiren.

El esquema a seguir podría ser el siguiente:

1 – comunicación con staff, análisis de estadísticas, valoración general del partido objetiva/subjetiva.

2 – entrar en vestuario y enviar el mensaje que queremos al equipo, teniendo en cuenta que tanto el jugador como el entrenador están en una fase de comunicación/recepción diferente a la habitual.

En este caso, salvo casos excepcionales, el mensaje debería ser único del entrenador jefe a todo el equipo, staff incluido.

3 – Victoria o derrota, acabar la charla con todos unidos, juntando manos y con el grito que tenga cada equipo, es obligatorio.

¿Qué podemos/debemos transmitir en ese momento? 

Mensajes de tranquilidad y frialdad. Obviamente, si tras el partido hemos descendido, o hemos ganado la liga, el enfoque sería totalmente diferente, pero en un encuentro de temporada regular, o play-off con siguiente oportunidad, equilibrar el estado de ánimo es muy importante. Ni todo es maravilloso después de ganar, ni todo es un absoluto desastre después de perder.

Transmitir, verbal y gestualmente, calma, tranquilidad, dejando claro que, hayamos ganado o no, «mañana tendremos una nueva oportunidad para ser mejores».

Colectivizar. Todos somos uno, nadie puede sentirse excluido en la victoria, ni señalado en la derrota. Habrá tiempo para ello si es que fuera necesario.

No obstante, podemos hacer una excepción agradeciendo a los que suman más intangibles. Quizás un jugador apenas tuvo minutos, pero estuvo proactivo en el banquillo, y dio su 100% en pista. Un mensaje «colectivizado», pero con un destinatario claro, puede ser muy efectivo. Ahí vuelve a jugar un papel decisivo el lenguaje no verbal, al que tanto me estoy refiriendo.

Mañana es otro día. «Mañana tendremos una nueva oportunidad para ser mejores» Lo que ha pasado, acabó, mañana será otro día. Descansar, recuperarse, y estar preparados para la siguiente sesión, y para nuestro siguiente reto competitivo.

¿Es tiempo de análisis técnico-táctico?

No lo veo realista. Necesitamos más tiempo para analizar el encuentro, y seguramente, si esto es posible, volver a verlo en video.

Sí podemos ir a datos objetivos, bien de estadísticas básicas (ganamos el rebote, estuvimos mal en % de TL, etc.), o estadísticas «de equipo» (nos anotaron tantos puntos tras rebote, conseguimos enlazar tres acciones positivas tantas veces, apenas hemos anotado de extrapass, etc.).

No obstante, soy partidario de llevar esta última parte a la primera charla semanal. El frío análisis estadístico nos aleja en ocasiones de la importantísima parte emocional del juego.

En el siguiente artículo hablaré, precisamente, de la primera parte de la semana de entrenamientos. Enlace al siguiente artículo

Leave a reply

Your email address will not be published.

You may use these HTML tags and attributes:

<a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>