Escrito por Diego Fernández

Continuando con el anterior artículo, en este me centraré en otros «momentos comunicativos» que nos encontramos durante los partidos.

Baloncesto Narón – EBA League 2018/2019
Photo: Iago López

4 – TIEMPOS MUERTOS

Es un apartado que a su vez tiene muchas variantes, empezando por si es TM propio o del rival, el momento del partido en el que sucede, el resultado/racha en ese instante, etc.

Algunos «básicos comunicativos» en TM podrían ser los siguientes:

  • Comunicación previa con el resto del «staff». Invertir 10-15 segundos en clarificar el mensaje que vamos a «lanzar» al equipo.

Escuchar a tus ayudantes, que deben a su vez ser concretos en el mensaje que quieren darte. Preguntar, proponer.

¿Y si estás solo? Puede pasar, así que esa inversión de tiempo puede mantenerse. Reflexionar con uno mismo antes de empezar a hablar.

Parece un buen momento para que los jugadores puedan hablar entre ellos, antes de empezar el «speech» del entrenador.

  • Dar indicaciones claras y concisas, directas, dando también importancia al lenguaje «no verbal«.

Es interesante analizar cómo podrían ser esas indicaciones. Un esquema básico podría llevarnos a:

Analizar lo que ha ocurrido (pasado) + hablar sobre lo que queremos que ocurra (futuro).

Encontrar el «motivo» y dar la «solución» son nuestros objetivos. ¿Fácil o difícil?

No obstante, en ocasiones podemos «saltarnos» el primer apartado: «olvidamos lo hecho hasta ahora, empezamos de cero». ¿Por qué? A veces, necesitamos «extraer» al equipo de un bucle negativo, se han hecho muchas cosas mal, todos lo sabemos. ¿Merece la pena enumerarlas, justo en esos precisos 50 segundos? Vamos al enfoque del cambio de manera directa.

  • Acciones estratégicas: siguiente ataque «vamos con 41 para Thomas», siguiente defensa «hacemos zona solo una acción, luego individual». En ataque podemos dar una libertad «dirigida» al base «tú decides el set que quieras, pero queremos el balón en la pintura». Nuestro 1 deberá elegir entre la batería de sets que tengamos para que el balón pueda acabar «dentro».

Hablábamos de la importancia del «cuándo» y el «quién».

¿En qué momento se produce el TM?

Obviamente, si estamos en última posesión de cuarto, escasos segundos de posesión de balón, o final de partido, el TM debe centrarse exclusivamente en aquello que queremos que suceda. No es momento de reproches, ni el mejor momento para «inventar».

La comunicación debe clarificarse más, si cabe. El «cinco» que sale a pista debe tener claro el plan de ataque o defensa.

¿Quién lo pide?

Generalmente, si el TM es solicitado por el otro equipo, puede ser que tu equipo esté dominando el juego.

Encontrar las claves para continuar haciéndolo, intuir qué puede plantear el otro entrenador, variar intencionadamente algo, etc. Mantener la tensión en el equipo «vale, vamos 15 arriba, pero quedan más de 15 minutos, no hemos hecho nada todavía». El cómo enviar el mensaje tiene un peso muy importante en la comunicación.

Si eres tú el que lo pide, seguramente estás buscando cambiar algo: cortar dinámica, cambiar estrategia, romper ritmo, etc. El enfoque comunicativo puede ser diferente. De antemano (al menos durante unos segundos antes que el otro entrenador) deberíamos tener más claro lo que queremos transmitir, al pedirlo nosotros.

¿Sabemos para qué lo pedimos? ¿Realmente nos va a ayudar? ¿Confiamos en nuestro equipo tanto, que incluso con una mala racha decidimos no pedirlo? Daría para otro debate, al igual que esta otra cuestión, ¿una buenísima comunicación no verbal podría evitar un TM?

Comunicación verbal + comunicación no verbal

En cualquier caso, la mezcla de comunicación verbal y no verbal en los TM es muy importante, sumado al control de emociones.

Y cuando hablamos de este control, lo enfocamos más al dominio, y a la elección del tono y énfasis necesario. En ocasiones, será necesario alzar mucho la voz, en ocasiones será imprescindible transmitir sosiego y confianza.

Hablar en voz más baja de lo habitual, haciendo ver que esto es intencionado, está demostrado que consigue conectar al receptor del mensaje.

Comunicación verbal – no verbal

Eso sí, el mensaje que queremos dar debe ser coherente con el nivel comunicativo verbal y no verbal elegido. Pedir al equipo que juegue más pausado, a gritos y golpeando la pizarra contra el suelo, implicaría una incongruencia y dificultaría aquello que quieres conseguir.

Una simple comunicación visual, un gesto, puede ser más efectivo que un discurso largo. Una imagen podría valer más que mil palabras. Tener esto en cuenta puede ayudar, especialmente si el jugador «reconoce» ese gesto.

Mensajes positivos / mensajes negativos

En gran parte va en el carácter del entrenador. Muchos están más cómodos lanzando mensajes positivos, pero otros muchos se mueven con mayor facilidad en un lenguaje de reproche y negatividad.

Encontrar el equilibrio. No pasa nada si en un TM le decimos al equipo que todo lo estamos haciendo mal, que todo es un desastre, y que hay que reaccionar. Al igual que en otro podemos decirles que todo va en el camino que queremos, y que lo están haciendo, rozando la perfección. Pero abusar de estos estilos hará que el mensaje pierda eficacia, porque pierde credibilidad.

5 – CHARLA CORTA ENTRE CUARTOS

Disponemos de dos espacios de 2 minutos (min 10 y min 30), en el que contamos con el doble de tiempo que en los 5 TM que tenemos durante el partido.

No percibo una gran modificación del esquema comunicativo, comparado con los TM, pero hay aspectos a tener en cuenta:

Estadísticas. En ciertas competiciones, recibirás las estadísticas oficiales, o incluso si alguien de tu cuerpo técnico las está llevando, tendrás algo más de tiempo para analizarlas. «Ataca» aquellos puntos clave que creas básicos para tu equipo (quién manda en el rebote, balance pérdidas/robos, % tiro, etc.).

El espacio comunicativo con el resto del cuerpo técnico podrá ser más amplio, y la información al jugador podrá ser ligeramente más amplia, pero controlando el volumen. 3-4 mensajes claros ganarán a 7-8 mensajes difusos, frases concisas ganarán a largas reflexiones.

6 – COMUNICACIÓN INDIVIDUAL DURANTE EL PARTIDO

Baloncesto Narón – EBA League 2018-2019. Photo: Iago López

Además de la constante comunicación que tenemos con los jugadores que están en pista durante los cuarenta minutos de juego, encontramos otros espacios comunicativos:

  • Charlas individuales con jugadores en pista. En momentos de juego parado (especialmente TL), es posible tener una breve y concisa comunicación con uno o varios jugadores.
  • Charlas individuales y/o colectivas con jugadores en el banquillo. El papel del staff en este punto es importante. Es cierto que el «entrenador jefe» puede estar en contacto con los jugadores que están fuera de pista, pero aquí la ayuda del resto de entrenadores será decisiva, para correcciones técnico-tácticas o mensajes motivacionales. El «entrenador jefe», por lo general, estará más atento a lo que pasa dentro de la pista.

Evidentemente, que el mensaje que envíe alguien del staff debe ir en total sintonía con la idea del «entrenador jefe», es el punto nuclear de estos momentos comunicativos.

En el tercer y último artículo centrado en «partidos», hablaré de charlas en descanso y postpartido.

Posteriormente, en sucesivos artículos, hablaremos del trabajo semanal (charlas durante entrenamientos, scouting propio y del rival, charlas individuales).  Enlace al siguiente artículo

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